No paran de
apretarnos las tuercas, y encima, nos ponen ejemplos tontos.
Dice un ministro
que el copago sanitario sólo le va a suponer dos cafés al mes a los
pensionistas. Pero no nos dicen que son dos cafés al mes del copago en los medicamentos,
dos cafés del céntimo sanitario, diez cafés del I.B.I., tres cafés del impuesto
de circulación, tres cafés del Canon de saneamiento, cinco cafés de la subida
de la luz, siete cafés de la bajada de sueldo, tres cafés de........
Para justificar
las subidas impositivas, nos ponen como ejemplo a los países del norte de
Europa. Que si el copago en Alemania es de tanto, que si en Francia es de
tanto, que si en Inglaterra es tanto. Y los sueldos ¿cómo son?. Ese ejemplo no
nos le ponen. Nos hacen una reforma laboral para facilitar los despidos y las
bajadas de sueldos. En éste caso ya no nos ponen el ejemplo del salario medio
en Alemania, Francia o Inglaterra. Eso ya no les interesa.
En Piélagos, encima volvemos a las macrocomidas. Hemos tenido una subida
de impuestos estratosférica, como diría Mariano Rajoy, para seguir con los
mismos vicios.
En tiempos de crisis, no será mejor, en vez de subir tanto los
impuestos, recortar gastos. Como ejemplo reciente tenemos la comida para los
mayores de 80 años. A nuestros mayores se les va a obligar a pagar parte de los
medicamentos, pero les damos una comida gratis. Con lo mal que lo están pasando
ciertos vecinos del municipio, no sería mejor repartir el coste de la comida
entre ellos.
Seguimos con las viejas costumbres a base se subir los impuestos. No
hemos aprendido. Volvemos a cometer los mismos errores del pasado en aras de un
puñado de votos.
La mayoría de la gente tiene el concepto de
que los políticos son todos unos mentirosos, sin embargo, se vota al que más
miente, como hemos visto recientemente. Uno prometía arreglar Cantabria en 100
días, el otro que no iba a subir los impuestos, ya que eso era un disparate (si
lo hacia el contrario), que lo que había que hacer era bajarlos para crear
empleo. Mintieron, pero fueron los más votados. Por lo tanto, el político
miente para ser el más votado, sabiendo que la gente vota al que más miente, a
pesar de saber también, que la gente piensa de ellos que son mentirosos por
naturaleza. Conclusión, al político sincero le votarían pocas personas.
Entonces, ¿qué es lo que falla?
Alfredo Rodríguez
Sec. del PRC de Piélagos
Alfredo Rodríguez
Sec. del PRC de Piélagos